martes, 26 de octubre de 2010

Una luz a lo lejos

En lo personal no me siento atraída por las personas y sus tradiciones, la verdad es que me enferman. No entiendo cómo es posible que después de tantos años se siga celebrando algo tan mundano como esto.

Sí, lo sé. Honran a sus antepasados y todo eso, pero ¿cómo saben si de verdad lo hacen por pura rutina? Todo eso de poner la ofrenda para los difuntos, no se me hace lógico. Es decir, si yo estuviera muerta, no me gustaría que me pusieran todas esas cosas en una mesa para que después se las terminen comiendo. Lo único que haría ese hecho es enfadarme en mi frío lecho de muerte. Se supone que ya estoy muerta, ¿no? Para qué ponerle comida a un espectro. ¿Qué, a poco esperan que de verdad se les aparezca y comience a tragar todos los dulces y panes de la mesa? Te aseguro que cuando pase eso, a todos les dará un susto tan grande, que se darán cuenta de la estupidez que han estado haciendo todos esos años.

En fin, todo comenzó ese día tan raro, donde el aroma del ambiente era de tequila y azúcar. Una muy extraña combinación, pero bueno, las calles estaban llenas de restos de flores de cempasúchil y la gente, apresurada, acomodaba lo último de sus ofrendas. Se estaban preparando para cuando la gente llegase a observar cada una de ellas. Se me hacía aburrido todo eso de ir de casa en casa viendo fotografías viejas y sólo por la intención de ir a comer algo de lo que habían guisado las señoras durante toda la mañana y parte de la tarde. Qué hipocresía! Esa gente me deprime.


Pero volviendo al tema de las ofrendas, estaba esta señora que había puesto su mesa fuera de su casa, bastante humilde para ser sincera. Entonces yo me acerqué a la anciana mujer y ella me ofreció un plato con un pan de muerto y un vaso de chocolate. Por un momento, sentí paz. El semblante de la mujer, en contraste con el cariño que le dedicó a su altar y el sabor de la comida digna de esta tierra, me hizo sentir como en casa. Observé la vela que colocó al lado de la fotografía de su marido muerto. Luego, se apagó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario